El flamante Puente de la Paz, inaugurado el miércoles 20 de agosto y abierto al público desde el mediodía del jueves 21, forma parte del renovado Corredor Turístico Miraflores–Barranco. Esta moderna infraestructura peatonal cuenta con una franja panorámica de vidrio, espacio para ciclovías y conexiones directas entre los malecones de La Reserva y Paul Harris, elevando la oferta urbana frente al mar.
No obstante, lo que muchos califican de sorprendente es que, pese a existir una ciclovía claramente delimitada, los ciclistas deben bajar de sus bicicletas y caminar al cruzar el puente. Esta medida, según la Municipalidad de Miraflores, busca prevenir posibles accidentes derivados de la velocidad que algunos ciclistas podrían alcanzar en un espacio tan concurrido.
La señalización impone la indicación “Obligatorio descender”, lo que ha generado consternación entre usuarios y expertos en movilidad urbana, quienes cuestionan la lógica de delimitar espacios para bicicletas si, al final, se prohíbe su uso real en toda la extensión del puente.
Asimismo, se han establecido restricciones adicionales: no podrán circular motos, mototaxis ni vehículos menores con motor sobre la estructura, como medida de seguridad y preservación de la infraestructura vial.
Pese a la controversia, este puente tubular de 112 metros de largo y más de 8 metros de ancho, equipado con iluminación LED, miradores naturales y accesibilidad total, sigue siendo promocionado como un nuevo ícono arquitectónico y turístico en la Costa Verde.