Un video difundido recientemente ha provocado una ola de indignación al mostrar a un agente de la Policía Nacional del Perú (PNP) agrediendo a una mujer y a su pequeña hija durante un desalojo en Chilca, provincia de Cañete.
Las imágenes, registradas el 8 de agosto, revelan el uso excesivo de la fuerza por parte de efectivos policiales en el marco de una intervención de desalojo. En el material audiovisual se observa cómo un agente agrede físicamente a la mujer mientras su hija menor de edad presencia y sufre el acto, lo que ha generado conmoción y rechazo en la ciudadanía.
El hecho ha reavivado el debate sobre la conducta institucional de la PNP y sobre si este tipo de acciones representan los valores y protocolos que la institución debería defender. Diversos sectores exigen respuestas claras sobre los procedimientos aplicados, la identificación de los responsables y las sanciones correspondientes.
Asimismo, el caso evidencia la necesidad de reforzar los protocolos de actuación policial en contextos de alto riesgo y vulnerabilidad, especialmente cuando hay menores involucrados.
Este episodio resalta la importancia de que la Policía actúe con apego irrestricto a los derechos humanos y la ética institucional, fundamentos esenciales para recuperar la confianza de la población.
