En Chancay se vive un nuevo capítulo de tensión política. La ciudadana Joseline Sánchez Inocente reconoció con sus propias palabras que no fue autora de la solicitud de vacancia presentada contra la regidora Giuliana Carrizales, sino que firmó el documento por insistencia de su prima, Angie Cadillo, quien trabaja en la municipalidad y según sus propias versiones vertidas en un medio de comunicación local.
Sánchez relató que, por confianza familiar, aceptó poner su firma en un escrito que ya estaba listo y que difícilmente pudo haber elaborado por su cuenta debido a su extensión y complejidad.
“Yo no hice ese documento, me lo entregaron para firmar”, afirmó entre sollozos y manos temblorosas, asegurando además que acudirá a presentar su desistimiento para dejar sin efecto el pedido.
Esta revelación levanta serias dudas sobre la manera en que se vienen utilizando los mecanismos de vacancia en el concejo, herramientas creadas para casos puntuales pero que, en la práctica, terminan siendo usadas como parte de disputas políticas.
El episodio también refuerza las sospechas de que detrás de esta maniobra existirían intereses vinculados a la eventual sucesión municipal, en medio de un clima de fricciones entre el alcalde Juan Alvarez Andrade y algunos integrantes del concejo que no demuestran lealtad al no trabajar en un mismo sentido.
Lo ocurrido refleja, una vez más, cómo la lucha por el control del poder en la política local puede llevar a prácticas que ponen en riesgo la legitimidad de los procesos democráticos.
