El expresidente Alejandro Toledo (2001–2006) solicitó, visiblemente afectado, su traslado urgente a una clínica privada durante la audiencia ante la Primera Sala Penal de Apelaciones Nacional, aduciendo un deterioro alarmante de su estado físico.
Durante su intervención, Toledo señaló estar enfrentando una situación crítica marcada por diversos padecimientos: “Estoy muy complicado de salud… He llegado a 190 grados de presión arterial, tengo cáncer… aquí se ha iniciado un proceso de sangrado… tomo 16 medicinas diarias”, expresó entre lágrimas.
El exmandatario recordó que el Tribunal Constitucional ya había dispuesto su traslado a la clínica San Pablo, que conoce su historial oncológico, cardíaco y psiquiátrico. Además, mencionó que hace dos años presentó un habeas corpus para obtener atención médica especializada, pero que no se le había dado respuesta.
El Instituto Nacional Penitenciario (INPE), por su parte, emitió un comunicado en el que afirma que Toledo se encuentra “clínicamente estable” y que sus condiciones crónicas están controladas, recibiendo tratamiento bajo supervisión médica continua en el penal, con monitoreo de enfermería las 24 horas.
Este pedido médico tiene lugar en el contexto del proceso judicial en curso, en el que Toledo busca revocar la condena de veinte años y seis meses de prisión por colusión y lavado de activos vinculados al caso Odebrecht.
“Estoy muy complicado de salud… He llegado a 190 grados de presión arterial, tengo cáncer… aquí se ha iniciado un proceso de sangrado…”, reiteró Toledo en un pasaje dramático de la audiencia.
